Uno de esto días

Abre los ojos, aparta las mantas, y me dice:

Cada día tiene una primera imagen,
y tiene también una última.
Como unos signos de paréntesis
encerrando una frase,
una la abre, y otra la cierra.
O quizá sean unos signos de exclamación,
o quizá, de interrogación,
tal vez dependa del día:
días exclamación,
días interrogación,
días paréntesis,

pero entre un signo y otro, entre una imagen y otra,
hay siempre decenas, y cientos, y miles de imágenes más,
cada día, todos los días,
imágenes exclamación,
imágenes interrogación,
imágenes paréntesis, quizá.

Me gustan las conversaciones
de muy primera hora.
En la de hoy hemos decidido cerrar los ojos.
Mantenerlos cerrados todo el día.
Hoy será el día internacional sin imágenes.
Hoy no te veo. Hoy no me ves.
Hoy no os vemos.
Nada: los ojos apretados,
hoy es el día internacional de los ojos apretados.

Sin embargo,
en este otro nuevo día que ahora amanece
lo que haremos será abrir los ojos,
y no apartarlos
de la primera imagen que vean.
Será el día internacional de esta sola imagen.
Esta.
La primera y la última.
Serán la misma.
Todo el día.

Pero no dura, no aguantamos,
los ojos se nos van, se nos mueven,
los ojos miran, giran,
buscan mirar más,
mucho más,
buscan mirar más allá,
buscan mirar todo lo que no ven;
finalmente parece que este va a ser
el día internacional de los ojos buscadores,
el día internacional de los ojos que piden más y más,
y mucho más,
hasta que agotados se cierran.

Así lo dirán, abriendo los telediarios,
“Hoy, día internacional de los ojos que piden más y más,
y mucho más,
hasta que agotados se cierran;
se han sucedido una serie de actos conmemorativos
de muy diversa índole
en distintos lugares del planeta…”
Ya sabes cómo lo dirán en los telediarios,
como todo,
como cada día,
uno tras otro,
como cada día internacional que se sucede.

A veces podría parecer
que hay demasiados días,
demasiados días llenos con las mismas,
exactas, las mismas imágenes repetidas,
a veces podría parecer
que son días paréntesis,
y que hay muy poco,
casi nada ya, que ver.

Podría parecerlo,
pero los ojos se abren entonces,
como interrogaciones,
como exclamaciones,
los ojos miran, giran,
buscan mirar más,
buscan mirar lo que no ven
mucho más,
todo lo que no ven.

Me gustan nuestras conversaciones
de primera hora,
conversaciones enredadas
entre mantas calientes.

Uno de estos días,
al fin,
mira, ya llega, ya casi está aquí,
va a ser un día maravilloso,
vas a estar en la primera imagen de mi día,
y en la última,
y en medio, en todas ellas,
también allí,

va a ser uno de estos días,
y mira, ya llega, ya casi está aquí.