Directo a la posteridad
En pasta, en cash, en talegos, en money:
¿Cuánto cuesta en total pasar a la posteridad?
¿Cuánto hay que soltar,
al pasar por caja en el camino directo a la transcendencia?
¿Cuánto para hacer que
mis poemas, mis canciones, mis cuentos y mis películas,
brillen sonrientes en la posteridad?
¿Cuánto para que ocupen
un elegante y discreto, pero bien visible, nicho del futuro?
Los anuncios, las entrevistas programadas,
la publicidad a doble página,
los envíos, almuerzos y whiskies a críticos y comisarios,
lo que sea necesario;
ponerte, en fin, en las manos correctas,
sí, ¿cuánto?
¿Por cuánto le salió al Dante,
a Miles Davis, a Héctor Lavoe,
a Idea Vilariño, a Robert Frank?
¿Hay packs, ofertas, tramos, soluciones integrales?
¿Cuánto a Cernuda, a Murnau,
a Lou Reed,
a Cayo Valerio Catulo?
Mis poemas, mis canciones, mis películas,
¿cuánto cuesta la trascendencia,
poner mis pies
para siempre
en la puta posteridad?
¿O, tal vez, mejor, por otro lado,
tan solo quedarme quieto
y guardar ya por siempre
silencio,
por siempre, silencio, ya?